lunes, julio 09, 2007

'El clavel negro' inaugurará el III FICMTY


Daniel Giménez Cacho en una escena de El clavel negro,
de Ulf Ultberg (2006).


La película El clavel negro (producción sueco-danesa-mexicana), dirigida por el director sueco Ulf Hultberg, filmada en Santiago de Chile el año pasado, abrirá el III Festival Internacional de Cine, que se realizará en agosto en nuestra Ciudad, organizada por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León con el apoyo de MM Cinemas.

En el filme, actúan Michael Nyqvust (reconocido actor sueco), las estrellas mexicanas Lumi Cavazos, Kate Del Castillo y Daniel Giménez Cacho, así como Lisa Werlinder (actriz sueca), Carsten Norgaard (actor danés) y el actor regiomontano Rolando Garza.

El rodaje lució una armónica conjunción de actores mexicanos, daneses, suecos, chilenos y argentinos. El clavel negro es un largometraje sobre el embajador sueco Harald Edelstam que ayudó a salir de Chile a cientos de opositores en los primeros meses de la dictadura del general Augusto Pinochet.

Tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, en que Pinochet derrocó al presidente socialista Salvador Allende, Edelstam visitaba diariamente el Estadio Nacional de la capital convertido en una enorme cárcel por donde pasaron 12 mil opositores, algunos de los cuales murieron y otras fueron torturados.

Esta producción es el resultado de una participación conjunta entre Latinoamérica y Escandinavia. Coproducida por cineastas de Dinamarca, México y Suecia, The black pimpernel (El clavel negro, en inglés) fue filmada totalmente en locaciones de Santiago de Chile, comenzando el rodaje el 17 de enero del 2006 y terminando el 16 de marzo del mismo año.

Todas las locaciones fueron especialmente seleccionadas para darle a la película un toque auténtico y real. Algunas de ellas fueron usadas por primera vez para filmar una película sobre este tema aún controversial en Chile. Se filmó con el apoyo y ayuda del gobierno chileno en el Estadio Nacional y en el Palacio Presidencial de La Moneda.

Harald Edelstam, embajador sueco y héroe olvidado, salvó a miles durante el Golpe de Estado en Chile. Harald Edelstam es un nombre mágico para aquellos que recuerdan al embajador sueco en Chile. Un nombre que resuena contra la injusticia. Después de la muerte del presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, la Junta Militar comenzó una sangrienta persecución contra todo aquel que se percibiera como amenaza al nuevo gobierno de Pinochet. Gente asesinada en las calles, en sus hogares y en sus trabajos. Miles estuvieron presos en el Estadio Nacional. El estadio de fútbol en Chile se convirtió en un campo de concentración donde la gente fue brutalmente torturada y asesinada.

Miembros de las fuerzas armadas de Chile tenían bloqueado el acceso al Estadio. Nadie más podía entrar, sólo los condenados a la tortura y a la muerte. Los embajadores y diplomáticos tenían prohibido el acceso. Usando su ingenio, carisma y determinación, Edelstam convence a los militares que lo dejen entrar.

Edelstam, junto con otros diplomáticos decididos a tomar parte en el conflicto, salvaron a miles de chilenos y uruguayos de ser asesinados por los militares. El embajador Edelstam aparecía en el Estadio Nacional casi todos los días en un Mercedes negro, vistiendo un impecable traje negro. Una figura que impresionaba mientras caminaba entre la multitud concentrada afuera del estadio. Madres, padres, hijos, hermanos, todos imploraban saber algo de sus familiares. Edelstam sentía el dolor ajeno: esto le daba fuerza y determinación para seguir adelante.

Edelstam sacó a mucha gente del estadio con vida. En una ocasión, se organizó junto con otros embajadores para salvar a 40 uruguayos que serían ejecutados. Lo lograron, pero el oficial que permitió sacar a los prisioneros, fue asesinado al día siguiente.

Vía | FICMTY '07

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es importante recordar también a Martínez Corbalá que hizo lo propio en la representación mexicana en Chile.

O

Anónimo dijo...

Es importante recordar también a Martínez Corbalá que hizo lo propio en la representación mexicana en Chile.

O