jueves, julio 03, 2008

Montaje: corazón del cine



Montaje: corazón del cine

Por Jesús Torres

Existe una confusión generalizada entre los términos de edición y montaje, por lo que conviene puntualizar algunos detalles que la aclaren.

En sí, la edición se refiere a la unión física entre planos diferentes para narrar una historia. De esa manera, una toma va "pegada" a la siguiente. En cambio, montaje se refiere a editar dos o más planos con una intención dramática para apoyar la narración, a partir de una decisión creativa del realizador o el editor.

En la actualidad, el cine norteamericano ha llevado a sus más amplios extremos algunos logros técnicos en el montaje. Ya desde tiempos de Griffith, el veterano cineasta sentó las bases del proceso.

Con el paso de los años, los maestros rusos Pudovkin, Eisenstein y Kuleshov lo afinaron y realizaron aportaciones de gran trascendencia en la historia del cine, inclusive las que nacieron orientadas por la propaganda política que imperaba en su patria.

Es célebre la anécdota que surge entre el cineasta Kuleshov y el actor
Ivan Mozzhukhin, que se burlaba del fenómeno fílmico al considerarlo simple teatro filmado. El director, a fin de darle una lección a su quejoso amigo, lo filmó pidiéndole que mantuviera un rostro neutro o inexpresivo.

Posteriormente intercaló el rostro del actor después de planos donde aparecía una niña saltando la cuerda, un plato humeante de sopa y el paso de un funeral. Al ver la yuxtaposición de las imágenes, el actor mismo se sorprendió de cómo la secuencia montada reflejaba estados anímicos que no estaban cuando posó ante la cámara.

Las tomas no son evaluadas individualmente por el espectador, sino que se integraban en un todo dentro de la mente del receptor, bajo un nuevo significado. Quedaba así ejemplificado el llamado montaje constructivo, en el que A + B = AB.

La edición, además de seguir leyes de lógica y de continuidad visual para armar una escena logrará, a partir de ese momento, un mayor impacto narrativo en la película. Por ejemplo, vemos una mano que se alza para disparar (A) y al escuchar la detonación, en la siguiente toma (B) vemos caer a la víctima del balazo. El montaje nos permite asociar las dos tomas asumiendo que el disparo ha provocado la muerte de un hombre. La suma de las imágenes nos sugiere que alguien ha caído (AB), a pesar de que realmente no hemos visto el incidente. La yuxtaposición de planos lo ha sugerido haciendo más económica e interesante la narración fílmica.

El Acorazado Potemkin, de Eisenstein, en su memorable secuencia de la escalera de Odessa, se mantiene como un gran ejemplo de cómo el orden de las tomas crea un clima de tensión fílmica que desde entonces muchos cineastas pretenden emular.

Otro gran ejemplo de montaje es el clásico hitchcockniano Psicosis, donde la actriz es atacada a cuchilladas en la escena de la ducha y se logra un efecto demoledor en el público aunque no hay una sola toma donde el cuchillo penetre la piel, pues la ilusión ha sido creada por montaje.

El cineasta británico hizo grandes aportaciones al uso del montaje en la narración contemporánea, en otras cintas como La ventana indiscreta, donde lo que se ve y no se ve funciona para sugerir complejas resonancias al guión.

Dentro del cine orientado a las grandes audiencias, secuencias como la del aeropuerto en Duro de Matar 2, sugieren una gran masacre gracias al uso creativo del enlace de tomas.

Así como el montaje temático enriquece la narración, el montaje metafórico, basado en caracteres chinos, trabaja con abstracciones que incluso pueden pasar desapercibidas para ciertos espectadores cuando son revisadas fuera del contexto cultural donde fueron creadas.

Este montaje que utiliza principios de tesis/antitesis puede identificarse en el arranque de 2001: Odisea del Espacio, donde Kubrick medita visualmente sobre el concepto de la evolución humana, recurriendo a complejas elipsis entre pasado y futuro que al quedar implícitas pudiesen resultar confusas.

Otro ejemplo sería la secuencia final de El Padrino, donde Coppola maniobra visualmente entre los conceptos de bien, mal y muerte alcanzando grandes momentos fílmicos.

Existen diversos estilos de realizar montajes así como variaciones y combinaciones de cineastas que se aventuran a explorar nuevas posibilidades.

Sin embargo, lo que es importante reconocer es que mucho de lo que cautiva del cine vertiginoso que vemos en nuestros tiempos son frutos, buenos o malos, de las bases que se sentaron en los grandes clásicos del cine por artistas dispuestos a contar una historia de manera original.

Y la esencia del cine radica en ello.

Artículo publicado en la Revista Ven y Mira
de la Cineteca-Fototeca Nuevo León, Nº. 4 / Invierno 2000

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